Pudo ser una escuela, tal vez un hospital, o quizá alguien conocido o no, pero siempre llegaba tu ayuda solidaria.
Pensar que para nosotros sólo eras el espectacular piloto de Turismo Carretera, el brillante dirigente de la ACTC, el educadísimo señor de la conversación amable, el honesto empresario en los negocios y un colaborador más al lado de su gente.
Pero llegó el 22 de noviembre de 1992 y a todos se nos congeló el alma, no podíamos creer que nos dejabas, aunque, como siempre, ganando.
Tuviste que entrar al círculo de los inmortales para saber que de tus virtudes nos faltaba conocer, tal vez, la mayor, la que seguramente, llevarás como un diploma al lugar del cielo que estés, la de enorme ser humano.
Hoy, 25 años después, seguís con nosotros, con la Gran Familia del Turismo Carretera, es decir tu otra familia. Roberto José Mouras, “Inolvidable Toro de Carlos Casares”.
COMISIÓN DIRECTIVA
ASOCIACIÓN CORREDORES TURISMO CARRETERA