A vos también te pasa. Cuando nombran al "loco" el apellido Di Palma inunda tu mente. No sólo por las cosas extraordinarias que hizo aquél Rubén Luis, sino también por ese apodo que se ganó a costa de carisma, desfachatez y talento. Tanto que desde hace 15 años lo extrañamos en cada circuito. 
La Real Academia Española entiende "locura" como la "acción que, por su carácter anómalo, causa sorpresa". Los fierreros entendemos que esa característica es casi exclusiva de un joven que supo romper las reglas para poner en orden una pasión nacional.
Arrecifes se hizo escuchar. Casi tan fuerte como aquellos motores que supo acelerar  Rubén Luis. Hoy, a 15 de años de su fallecimiento, lo recordamos con esa sonrisa que siempre nos robó. Porque aquel "Loco" irrumpió en la escena para quedarse grabado en la historia del automovilismo y en el corazón de todos. 
Rubén Luis Di Palma es marca nacional. Es ídolo. Es padre, abuelo y hasta bisabuelo. El "Loco" está presente en cada autódromo, en cada curva y en cada fierrero.  Porque Di Palma, es inmortal.