Es imposible nombrar a Denis Martin sin esbozar una sonrisa. Esa que sacaba cada vez que se acercaba a hablar, cuando pedaleaba por los boxes del autódromo Mouras, cuando se divertía con periodistas. Esa sonrisa con la que llegó el último fin de semana a la sala de prensa para tomar unos mates con el paquete de facturas en la mano. Ese gesto de alegría constante por disfrutar de su pasión. Esa sonrisa que nunca faltaba y que hoy se desdibujó con la peor noticia. Si hasta parece que todo fuera una pesadilla de la que queremos despertar.

Pero las cosas malas también le pasan a los buenos y, como si la injusticia hubiese querido adueñarse del destino de un joven talento, el peor final llegó en una ruta. La misma que lo vio volverse con la corona del campeón de la Fórmula Metropolitana el año pasado. Esa ruta 5 que era testigo cada fin de semana de la ilusión de un chico de 23 años con ansias de seguir creciendo en el automovilismo deportivo.

Apenas siete fechas corrió en TC Pista Mouras y se encontraba séptimo en el campeonato. Talento, humildad y un futuro que parecía prometedor. Todo eso describía a Denis Martin.

El automovilismo argentino lo recuerda. Un pibe de 23 años que dejó su marca. Ese campeón que siempre te sacaba una sonrisa.